A manera de introito

Alguna vez intenté crear un blog, yo, la desenchufada, para obligarme a escribir esos como duendes de cuentos, cuentículos caseros que se me van presentando con el correr de las páginas de la vida. La máquina de pensar arma sus pequeñas historias como quien anda por ahí cazando mariposas, y a veces los sucesos más triviales se imantan o chocan entre sí y vibran para armar un mínimo relato que quizá, con mucha suerte, nos brinde un breve atisbo de comprensión más allá de lo obvio. Cadenas asociativas que pueden ser deslumbrantes o desgarradoras, inesperados insights. Para cazarlas vivas suelo ponerles título, en espera de decidirme a escribirlas para tratar de descubrir qué esconden tras las capas visibles. Pero la mayoría de las veces quedan ahí, en el tintero de la mente, y se van diluyendo con el tiempo o se convierten en una anécdota más, premoldeada, congelada, hecha piedra con quizá alegres e iridiscentes trocitos de mica o con chorreaduras internas de algún ominoso mineral desconocido.

Recuerdo mi fascinación de chica con los objetos que al ser colocados bajo Puente del Inca quedaban petrificados. Ahora no, ahora lo petrificado me da grima. Por eso el blog fue el desafío que me inventé para luchar contra ese monstruo hambriento que se come en el camino aquello que aspira a fluir por escrito. Lo abandoné al rato, al blog ya que el monstruo es inabandonable. Pero subsisten las libretas de anotaciones en pos de la felicidad de atrapar mariposas de palabras con la mano. Así poco a poco nacieron los microrrelatos de esta colección. Algunos ya llevan un tiempo publicados en una que otra antología. O, eel ABC de las microfábulas, en ediciones limitadas y preciosas, ilustradas en Madrid por Rufino de Mingo y en Buenos Aires por Lorenzo Amengual.

La mayoría son de muy reciente cuño.

El fabular me ha habitado por años y lo estimulo lo mejor posible, pero la mariposa que al abrir sus alas nos despierta las ganas y hasta la necesidad de escribir no siempre es la Monarca de larga vida y migraciones intercontinentales; puede ser la misteriosa Efímera, y cuando pretendo registrarla ya no está. Los microrrelatos y la entomología parecerían estar emparentados. Por eso, más que Monarcas o Efímeras, me importa buscar la rara mariposa transparente que con algo de libélula y mucho de misterio se posa casi sin mostrarse, permitiéndonos en alguna ocasión especial disfrutar el fugaz sabor de la sorpresa.

Presentaciones destacadas:

Presentación en la Galería Arcimboldo de la Ciudad de Buenos Aires, junto al ilustrador Lorenzo Amengual (2013).

Presentación en la Librería MacNally & Jackson de Nueva York, junto a Isabel Cadenas Cañón y Mariana Graciano.

Presentación en el MALBA con una entrevista en vivo a cargo de Sandra Bianchi (sobre esta obra y la novela La máscara sarda) y la proyección de un corto producido por María Héguiz.