Fabulosos animales de papel
A manera de introito
No hay duda, pienso ahora, de que los microrrelatos son como pequeños animales amigos. O no siempre, amigos. A veces nos pegan un zarpazo a traición o nos gruñen de lejos. Son los más atractivos. Porque microrrelato y sorpresa suelen ir juntos, así como microrrelato y compinches. Porque es la complicada entre quien escribe y quien lee es lo que genera el deslumbramiento. Pequeñas máquinas de pensar, los microrrelatos están vivos como los animales que festejo en estas páginas. Al menos así lo espero.
De complicidades están hechas en mi caso también las microfábulas, porque un poeta amigo empezó con esto del abecedario “fabuloso” pero su desafío se limitaba al animal y un elemento con la letra indicada. Decidí llevar la cosa un paso más allá y explorar dentro del lenguaje mismo, esa morada del ser según Heidegger, lugar en el que habito con cierta felicidad.
Y así, tirando al azar unas palabras y nombres de animales que empezaban con la misma letra, fueron surgiendo sin posible plan previo cada una de las historias que culminaban en una moraleja llena de sentido común, como corresponde. Fue lo que más gracia me causó mientras las escribía. Así como el encantamiento de ir siguiendo un derrotero sólo marcado por las constricciones autoimpuestas.
Más adelante, el sentido común de las moralejas me llevó a entender esa otra cara de la moneda: la carencia total de sentido cuando tomamos un término en su acepción menos habitual. Por ejemplo, la bala con referencia a la oveja no alude al plomo sino a su voz natural. No así el revólver del comisario zoófilo cuya única voz es el disparo.
Y voces van y voces vienen, ahora agradezco que otro animal adorable, el Gato Descalzo, acoja estas varias invenciones. Si el gato tuviera las consabidas botas tendría pretensión de linaje; descalzo puede bailar mucho mejor. Bailar el Gato, que, según la inefable Wikipedia “es una música y danza folclórica típica de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, la cual tendría como influencia los ritmos picarescos que se irradiaban desde Perú a casi toda el área de América del Sur bajo influencia española.” No apruebo en absoluto el estilo literario de esa tan útil herramienta, pero aplaudo su información porque ya ven: nos hermana. Al igual que los microrrelatos.
Lo cual que me llena de agradecimiento y alegría, porque los animales que festejo y que fueron genialmente ilustrados en España por Rufino de Mingo y en la Argentina por Lorenzo Amengual, ahora llegan a Lima de la mano de los talentosos Germán y Carlos Atoche y tiene como hada madrina a la excelsa microrrelatista Ana María Intili.
Presentaciones destacadas:
Presentación en la Feria del Libro Ricardo Palma, Lima, 2013. Con la participación de Eduardo Adrianzén, Carmen Ollé, Ana María Intili y Germán Atoche Intili.
Presentación en la III Jornada Peruana de Minificción, Lima, 2013. Con comentario de Germán Atoche.