Ayer se inauguró en el Museo Nacional de Arte Decorativo la muestra “Máscaras del mundo”, una colección que Luisa Valenzuela viene atesorando a lo largo de sus viajes.
En la apertura de la exhibición hubo música en vivo, personajes enmascarados y proyecciones audiovisuales. Alberto Bellucci, director del MNDA y padrino de la muestra, ofreció un cálido discurso en el Gran Hall Central para dar comienzo al recorrido.
Más de 200 ejemplares de Latinoamérica, Norteamérica, Europa, África, Asia y Oceanía pudieron apreciarse junto con piezas de artistas invitados, entre ellos: Nora Correas, Patricia Dusmore, Alfredo Iriarte, Lorenzo Amengual, Giancarlo Puppo, Raúl Menvielle y Jorge Garnica.
La muestra podrá visitarse hasta el 27 de noviembre en el Museo Nacional de Arte Decorativo (Av del Libertador 1902), de martes a domingos, de 14 a 19hs.
Actividades programadas:
22/10: Charla con la coleccionista en la Sala de Exhibición. A las 17hs.
29/10: La noche de los museos. Actividades varias. De 20 a 03hs.
05/11: Charla con la coleccionista en la Sala de Exhibición. A las 17hs.
13/11:Taller de máscaras a partir de hojas de palmera pindó, a cargo de Raúl Menvielle. De 16 a 18hs.
25/11: Apertura de las Jornadas de Microrrelatos “Celebración de la brevedad”. Presentación del libro de Luisa Valenzuela “Conversación con las máscaras”.
26/11: Gran mascarada. Confección de máscaras con materiales alternativos a cargo de Elina Matoso y Mario Buchbinder, creadores del Instituto de la Máscara. A las 15hs.
Extracto de las palabras de Alberto Bellucci, director del MNDA, en la inauguración de la muestra:
Esta señora que tengo al lado si no existiera habría que crearla, pero sería muy difícil. Al Gargantúa de Rabelais o a las brujas de Macbeth les propondría la siguiente receta:
“Elegir una buena sustancia de mujer inquieta y decidida, agregarle unas gotas de valentía varonil y otras de rebeldía constante, mezclarle unas pocas plumitas de ángel con un puñado de polvo de cuernitos de diablo, incluir un par de ojos de detective y un corazón previamente rebozado de justicia, revolver todo pausadamente hacia la izquierda y dejarlo hervir sin apuro en un baño de literatura de la mejor calidad. Apenas se enfríe, agregarle abundantes condimentos de varias partes del mundo, encerrar todo en una valija de avión y dejar que la mezcla se asiente, cobre sabor y fermente. El resultado logrado será lo más parecido a una Luisa Valenzuela original. Según la dosis empleada, se recomienda servir en formato microrrelato exprés o en paralelepípedo compacto tipo novela”.
Esta es la señora que de viaje en viaje por el mundo llegó a juntar las 200 máscaras que la acompañan en su casa y que desde hoy y hasta el 27 de noviembre se han afincado en nuestro museo.
Se dice que la máscara cubre el rostro para ocultar ante los demás la identidad del que la lleva. Creo que es más bien al revés, que la máscara revela lo que el rostro trata de ocultar, el interior que se agita dentro de cada persona, de cada grupo y de cada comunidad.
Son las caras de lo que agrada o espanta, de lo que se busca atraer o exorcizar, esas realidades vitales hechas de pasiones y de miedos, de amenazas e ilusiones, de símbolos y misterios. Cada máscara es un objeto decorativo de función utilitaria y valor estético , no importa si más popular o más refinado, pero sobre todo es una radiografía verdadera del organismo vivo de cada uno de los grupos humanos que las han creado y usado como elemento expresivo .
Respuesta de Luisa Valenzuela:
En la noche de la inauguración quería simplemente expresar mi profundo agradecimiento a Alberto Bellucci, director del magnífico museo de Arte Decorativo, verdadero padrino de la muestra, a todo el equipo técnico que trabajó con inagotable entusiasmo para armar la compleja colgada, y al curador Hugo Pontoriero que hizo una obra de arte de la ecléctica colección. Pero las generosas e ingeniosísimas palabras de Bellucci me tomaron tan de sorpresa que improvisé unas palabras al tuntún que ahora trataré de anotar con coherencia:
De todos los variadísimos atributos y cualidades que se le pueden atribuir a la máscara elijo dos, su calidad de antena o pararrayos para captar espíritus y su innegable condición catalizadora. Creo que es a esta última que le debo la presencia, en este suntuoso palacio, de mi humilde si bien múltiple colección, mejor llamada “pacción” porque su móvil siempre fue la pasión.
Alberto Bellucci, quien en un memorable viaje por las Misiones Jesuíticas de la Chiquitania en Bolivia me deslumbró con los bellos dibujos que iba haciendo durante el recorrido, se deslumbró a su vez al visitar mi galpón de máscaras. Le trajeron a la memoria las que él había creado, hechas de armadillos, como charangos con ojos (esto último es mi aporte), que sufrieron destino similar al de Juana de Arco por atemorizar a sus hijos chiquitos. Eso fue décadas atrás; cuando conocí a los pequeños que son ya un par de señores de muy buen ver, ambos confirmaron la ordalía y renovaron la queja.
“Yo no podía conciliar el sueño con esas máscaras aterradoras en mi dormitorio” dijo uno, y el otro agregó “por culpa de ellas mis amigos no querían venir a casa”. Reí a carcajadas con ellos, pero me dieron pie para pensar en el poder catalizador de la máscara. Se dice que los chicos necesitan externalizar sus miedos y saber que los monstruos que se les aparecen en sueños no son propios. De ahí el terror en los cuentos infantiles clásicos, de ahí ese momento cuando los pequeños Bellucci depositaron en las máscaras de su padre, que bien quisiéramos tener hoy aquí, sus fantasiosos fantasmas. Porque así son ellas, entes casi vivos, reservorios de todas las emociones, ansiedades, deseos y vibraciones humanas.
- Discurso inaugural de Alberto Bellucci, director del MNDA
- Luisa Valenzuela y Alberto Bellucci
- Personajes del Instituto de la Máscara reciben al público
- Mario Buchbinder y sus discípulos de máscaras
- Público presente.
- Personajes de África
- Personajes de América Latina
- Luisa Valenzuela, Hugo Pontoriero, Raúl Menvielle y colaboradores en el sector de Artistas Invitados
- Más personajes
- Luisa Vlaenzuela y Carlos Bruck con personajes mexicanos
- ¿Alfredo Iriarte o su máscara?
- Los personajes de Alfredo Iriarte
- Julio Hernández y Gaspar Correa, dúo Hierofonía, a cargo de la música
- Rafaela Correa con el Duo Hierofonía
- Hugo Pontoriero, curador de la muestra